Es un fideicomiso revocable responsable por la deuda?

Un fideicomiso revocable o estar está configurado por un otorgante para su beneficio antes de la muerte, y para el beneficio de sus beneficiarios sobrevivientes después de la muerte. Un otorgante puede depositar parte o la totalidad de sus activos al fideicomiso, y mantiene el control sobre la gestión de estos activos por el tiempo que está en su sano juicio.


La propiedad de activos en el Fideicomiso

  • El gobierno de EE.UU. no ve ninguna diferencia entre los activos en un fideicomiso revocable y las sostenidas por el otorgante directamente. Debido a que la confianza puede ser declarada nula en en cualquier momento, los activos se consideran sujetos a impuestos al otorgante, y se consideran parte de su patrimonio neto en cualquier juicio.

Deuda contraída y pagar durante la vida del otorgante

  • Si un otorgante incurre en una deuda, que no tiene que utilizar los bienes del fideicomiso para pagarlo. Sin embargo, si la deuda entra en default y el otorgante se toma a la corte, que se puede solicitar la revocación de la confianza con el fin de pagar la deuda.

La deuda por pagar después de la muerte del otorgante

  • Si un otorgante muere con la deuda, su sucesión testamentaria se utilizará para pagar la deuda. Si la sucesión testamentaria no contiene suficiente dinero para cubrir la deuda, los acreedores pueden demandar al fideicomiso para el pago.

La deuda por pagar por los Fideicomisarios

  • Una vez que el otorgante de un fideicomiso revocable pasa, la confianza se convierte en irrevocable. En este punto, es una entidad legal separada e imponible. Los beneficiarios de la confianza no pueden ser obligados a utilizar los bienes del fideicomiso para resolver sus propias deudas, ya que no se consideran propietarios de los activos. Si las reglas de confianza permiten, sin embargo, pueden optar por utilizar las distribuciones que reciben a un acuerdo con los acreedores.

Aviso a los acreedores

  • Fideicomisos no requieren que los patronos dan aviso a los acreedores en caso de fallecimiento del otorgante. En algunas circunstancias, puede ser aconsejable, sin embargo, especialmente si la situación crediticia de la otorgante es desconocida.

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